jueves, 26 de mayo de 2016

La importancia de la protección solar



En Facilfarma sabemos que el sol es fuente de vida, ya que nos proporciona calor, color y alegría.
El sol es imprescindible para fabricar vitamina D, la cual es esencial para prevenir el raquitismo (falta de crecimiento óseo) en niños y la osteoporosis (desgaste óseo o huesos "trasparentes") en las personas mayores.

También actúa como antidepresivo en personas que tengan tendencia a sufrir esa enfermedad.

Pero sobreexponer nuestra piel es la principal causa de cáncer cutáneo a la vez que envejece nuestra piel, por ello debemos exponernos al sol de manera prudente y evitar que nuestra piel se enrojezca (eritema solar).

Piel clara, quemaduras solares cuando eramos pequeños, antecedentes de cáncer de piel en nuestra familia, tomar el sol en exceso y sin usar una protección adecuada o tener muchos lunares son los principales factores de riesgo para sufrir cáncer de piel.

El uso de una correcta protección ha sido algo de vital importancia para disminuir las probabilidades de sufrir un cáncer de piel en estos últimos años en nuestro país. Las personas que deben tener más precaución con el sol son los niños y las personas mayores, ya que su piel es más vulnerable, al igual que les sucede a las personas rubias, pelirrojas o que tengan los ojos claros, ya que tienen una pigmentación muy baja, lo que los convierte en personas más propensas con ojos morenos, que las personas morenas, a sufrir quemaduras por el sol.

Los dermatólogos aconsejan aplicar el fotoprotector, al menos, media hora antes de tomar el sol, con la piel seca y generosamente, después, se debe aplicar cada hora o dos horas.

Además, también es conveniente usar gafas de sol y gorros, e incluso camisetas si se trata de niños pequeños o que tengan la piel muy delicada, además de evitar el sol entre las 12:00 y las 16:00 horas.

Para elegir un correcto fotoprotector debemos tener claro qué tipo de piel tenemos, ya que cada una de ellas tolera más o menos los rayos del sol.

-Fototipo 1: pieles muy claras, albinos o con pecas. A estas personas les cuesta muchísimo broncearse o lo hacen muy poco, y se queman muy fácilmente.

-Fototipo 2: pieles claras, ojos claros y pelo pelirrojo o rubio. A estas personas también les cuesta broncearse, y se queman con facilidad.

-Fototipo 3: pieles blancas, ojos verdes o castaños y pelo castaño. No les cuesta tanto broncearse, aunque suelen haber sufrido quemaduras alguna vez.

-Fototipo 4: personas con piel mediterránea, morenos con el pelo negro. Estas pieles siempre se broncean, pero sólo se queman ocasionalmente.

-Fototipo 5: piel bastante morena (gitano-árabe), se broncean rápidamente y rara vez se queman.

-Fototipo 6: pieles negras, en las cuales nunca hay quemaduras.

Ahora que ya sabemos cómo es nuestra piel, debemos escoger el protector solar. Siempre que podamos, debemos consultar con un dermatólogo, ya que él podrá visualizar todas las variables que puedan influir en el desarrollo de quemaduras de piel o cáncer.

Todos los fotoprotectores indican con un número su factor de protección solar, el cual esta relacionado con el tiempo que estamos protegidos del sol sin riesgo de sufrir quemaduras y conseguir broncearnos como si no hubiéramos usado ninguna protección.

Por ejemplo: si una persona se expone al sol 10 minutos sin que su piel se enrojezca, el factor de protección 15 indica que nuestra piel puede estar bajo el sol sin quemarse un máximo de 150 minutos (15x10), pero esto no quiere decir que todas las partes de nuestro cuerpo responda igual ante el sol ya que la cara es mucho más sensible que las piernas, por lo que quizá solo la proteja del sol unos 30 minutos.

Es conveniente que, al volver de la piscina o la playa y haber tomado el sol 2 o 3 horas, hidratemos generosamente nuestra piel.